¿Por qué podríamos afirmar que
vivimos en una sociedad egoísta en la que buena parte de las personas que
conocemos buscan satisfacer sus propias necesidades y no mirar por los otros?
Aunque no lo creas, con estas líneas denominadas como solo quiero tu
felicidad, pretendo resultarte de guía para que comprendas la relevancia de
identificar, intentando sufrir lo menos posible, este egoísmo generalizado al
que hago alusión.
Frecuentemente, se hace un uso
indebido de expresiones como por ejemplo, las derivadas del lenguaje del amor,
los sentimientos y así, con una gran cantidad de prácticas que terminan por
quedarse vacías. Lo peor de todo ello es que existen auténticos maestros, por
llamarlo de algún modo, que anteponen el hecho de dar respuesta a sus sueños
por encima de los de terceros, llevando a actitudes enormemente egoístas.
Si en alguna ocasión te sentiste
en una situación como a la que me refiero, te invito a participar de este texto
en el que hablaré acerca de sentimientos y varias de sus implicaciones.
Solo quiero tu felicidad |
En ocasiones como hoy mismo,
siento que podría quedarme mirándola mientras duerme en el sofá durante horas,
pero el tiempo se me pasa demasiado rápido y una sensación maravillosa e
indescriptible invade lo más remoto de mi corazón. Y es que, la posibilidad de
compartir no solo confidencias sino también nuestras emociones
con la mujer que amamos no es una cuestión que haya quedado atrás en el tiempo,
tampoco el ser romántico quedó atrás y lejos de lo que pudieras pensar, no es una
actitud obsoleta.
Sí, hace tiempo que soy
inmensamente feliz y no necesito decir te quiero todos los días, sino
demostrarlo con mis acciones que al fin y al cabo es lo más importante según mi
experiencia, puesto que al menos para mi, la felicidad en pareja es otra cosa
completamente diferente que nace del respeto, la buena comunicación y sobre
todo, el caminar juntos a través de la vida.
¿Hace cuánto que no le dices a la
persona por la que tantísimo suspiras cómo de importante resulta para tu
existencia? En caso de no haberlo echo en los últimos días, es una práctica que
te recomendaría encarecidamente retomar, y no solamente porque le sacarás una
sonrisa enorme.
Constantemente, con un simple
caminar a través de cualesquiera de las calles de nuestro entorno podemos
apreciar este tipo de muestras de afecto a las que me refiero, por ejemplo,
parejas que caminan juntas de la mano, comparten sonrisas, se divierten mientras
van de compras o infinidad de circunstancias como las anteriores. Sin embargo,
solamente cuando estamos plenamente enamorados y entregados a la otra persona,
podríamos diferenciar la grandeza de expresiones como la propia felicidad cuando nos miran.
¿Te ha sucedido algo similar o
incluso lo estás experimentando actualmente?
Cada uno de nosotros soñamos con
encontrar nuestra alma gemela, esa persona que nos haga sentir especial y
cuando por fin la conocemos simplemente no deseamos perderla, porque uno de los
ingredientes de la vida que la hacen precisamente una experiencia increíble,
reconfortante y mágica, consiste precisamente en apreciar esos detalles.
Mi único objetivo con este texto
es el de invitarte a no tener miedo a enamorarte por temor a por ejemplo,
sufrir, puesto que se trata de una experiencia que nos puede ayudar muchísimo a
vivir plenamente. Además, no olvides hacerlo desde el respeto sin dañar el
corazón de ningún ser humano porque es una de las cualidades que definen a las
personas felices. Eso sí, si dejas a un lado las incontables opciones que se
esconden tras el sentimiento amoroso y entiendes que la aventura del
enamoramiento está realizada para corazones fuertes, podrás dar respuesta a tus
expectativas mediante el caminar por los sueños que conservases desde siempre.
Atrévete a amar, vive la
experiencia de compartir con tu pareja y construye tus sueños bajo el principio
del 1+1, puede con todo.