En esta ocasión, me gustaría hacer referencia a una de las
citas más celebres de Mahatma Gandhi que dice así, felicidad es cuando lo
que piensas lo que dices. Nos guste más o menos, podemos estar rodeados de
personas que aunque pudiéramos no estar de acuerdo en dicho planteamiento, no
dicen exactamente lo que piensan y por lo tanto, no son del todo sinceros con
nosotros u otras personas de su entorno.
Si existe algo de lo que estoy plenamente orgulloso y que he
aprendido a lo largo de mi corta vida, es que la felicidad es cuando lo que piensas dices, porque se trata de un instrumento más a nuestro servicio para recuperar sonrisas perdidas.
Tan simple o complicado a la vez como eso, nunca te canses
de decir lo que piensas.
Sí, aunque no lo creas hay mucha gente que no dice en todo
momento lo que está pensando. Incluso los hay que dicen ser sinceros, pudiendo
decírtelo en toda tu cara, pero realmente no lo son. Estas últimas personas,
son las que debemos intentar mantener lo más lejos posible de nosotros, porque
pueden ocasionarnos mucho sufrimiento.
¿Qué he aprendido diciendo lo que pienso?
Se que puede resultar incluso un poco curioso, pero podemos
aprender el verdadero significado de ser sinceros como llave hacia la
felicidad.
Y ahora si me lo permites, te quiero explicar lo que he
aprendido yo, sobre cómo de importante es la sinceridad para estar alegre y
disfrutar de la vida en plenitud:
#1 De nada sirve pensar una cosa y decir otra
He conseguido aprender que de nada sirve sentirme mal,
triste o puede que hasta cansado de multitud de personas que se acercan a mi,
solamente por interés y nada más que eso. Son casualmente, esas personas que
cuando las necesitas por el motivo que fuese, no suelen estar ahí para ti.
#2 Ir de frente
Es posible que también encuentres en tu camino personas a
las que no les gusta que vayas de frente, diciendo la verdad. Sin embargo,
cuando expreses desde el respeto una opinión sincera y la defiendas porque
piensas así, no estarás haciendo mal a nadie.
#3 Todo es mejor
Es cierto que muchos no son sinceros por miedo al qué dirán
o pensarán otros. No obstante, si tienes una opinión y en cambio, dices otra,
estarás no solo faltando a la verdad sino que a la larga, podrías generar mucho
más daño que habiendo sido sincero desde un principio.
¿No es curioso el increíble poder de un valor del que muchos
hablan pero pocos aplican realmente como es la sinceridad?
¿Qué podemos aprender de Mahatma Gandhi?
De Mahatma Gandhi aprendí que aunque tengo que ser íntegro
conmigo mismo y decir siempre la verdad, incluso aunque duela, porque una
mentira dolerá 100 veces más.
Felicidad es cuando lo que piensas lo que dices,
porque siendo plenamente sinceros no solo estaremos mejor con nosotros mismos,
sino que también dormiremos mejor por las noches.
¿Por qué?
La respuesta es bien sencilla y tiene que ver con la
conciencia, esa amiga que se marcha a dormir con cada uno de nosotros por las
noches y nos acompaña siempre a todos los lugares a donde vayamos.
Y ahora me gustaría hacerte una propuesta...por muy
difíciles que sean las circunstancias no te olvides de decir siempre lo que
piensas, porque podrán catalogarte de muchas cosas pero nunca de ser falso con
las personas que amas.
Y ahora me gustaría preguntarte, ¿conseguiste hacerte
enemigos por decir siempre lo que piensas?