Diariamente son más las personas
que se preguntan cuál es la formula de la felicidad, sin tenerlo del
todo claro. Para algunos, la felicidad podría consistir perfectamente en gozar
de buena salud, disfrutar de entrañables momentos en familia o en compañía de
nuestros seres queridos, tener una buena economía y por ejemplo, cumplir sus
metas.
Recuerdo cuando iba a la escuela
cómo mis profesores me decían: "tienes que estudiar para ser alguien,
llegar lejos y ser una persona importante para el mundo". Solamente con el
paso de los años, comprendí que esa gran cantidad de frases que seguramente
alguna ocasión tú mismo hayas escuchado, no era más que una manera de
mantenerme distraído, apartándome de lo verdaderamente importante en la vida.
No, siento decirte que por
mucho dinero que tengas podrías simplemente no ser feliz.
Sí, tengo que recordarte que ser
felices depende exclusivamente de cada uno de nosotros, siendo una decisión
personal que fundamenta y razona la
filosofía de vida que trato de explicarte.
Sus principios son bien sencillos
como seguramente conocerás si eres lector habitual de este sitio, y uno de
ellos es el respeto.
Existen infinidad de estudios
científicos y no tanto, que tratan de dar respuesta a una de las cuestiones
primordiales que forman parte del subconsciente humano: cuál es la formula
de la felicidad.
Fuera como fuese, hay situaciones
y en general, días, que no nos encontramos del todo a gusto con nuestras
circunstancias y podemos incluso, sentirnos un tanto tristes. Me refiero a esos
días en los que nada de lo que intentamos parece salirnos bien. Ante tales
circunstancias, los hay que culpan a la mala suerte, creen que se levantaron
con el pie izquierdo o que por algún tipo de capricho del destino hoy no es el
mejor día para conseguir ese objetivo con el que se levantaron.
Bajo mi punto de vista se
equivocan y con tu permiso, voy a tratar de explicarte el por qué de esta
razón.
- Nuestras circunstancias no importan. Lo auténticamente relevante es que hagamos las cosas con el máximo amor posible porque solamente así, conseguiremos que la fortuna nos acompañe.
- Debemos entender que tenemos que dar para recibir. Cuando tratamos en general, a nuestro entorno, con amabilidad, siendo respetuosos con el resto de personas con las que por ejemplo, conversamos cada día, la vida nos lo agradece devolviéndonos la oportunidad única de ser felices con nuestras acciones.
No existe una fórmula de la
felicidad secreta, depende de cada uno de nosotros percibir que la realidad
que nos rodea está ahí para colaborar con nosotros a conquistar un mundo mejor.
En conclusión, la fórmula de
la felicidad no es:
- Llegar lo más alto posible.
- Conseguir riqueza y convertirnos en una persona importante económicamente hablando.
Es justamente lo contrario, amor,
respeto, ilusión, bondad, buenas acciones y sobre todo, comprender que la
filosofía de la felicidad no radica en excluir a los demás ni tampoco en
apartarlos de sus sueños; sino más bien, en colaborar los unos con los otros
para que más personas cada día puedan ser un poco más felices con nuestras
pequeñas acciones.
Ahora bien, ¿qué pequeñas
acciones realizas tu a diario para mejorar el mundo?