Seguramente te preguntes, por qué este título de mi
felicidad tiene nombre y apellido. Realmente, la explicación es bien
sencilla, todos llegando un punto de nuestra vida nos podemos enamorar
locamente como no hicimos anteriormente de ninguna otra persona.
Así es más o menos como me siento en una de las etapas más
dulces de mi vida. Supongo que muchos de vosotros también habréis encontrado a ese alma gemela con el que compartir vivencias extraordinarias.
¿No es acaso el amor la fuente que mueve el mundo?
Cabría para hacernos muchas preguntas, pero solamente los que entendemos verdaderamente, y a mi me ha llevado un tiempo asimilarlo, el verdadero concepto del amor, aceptamos que es pura magia, como un cuento inabarcable con un principio y del que no queremos conocer el final.
Con estas líneas denominadas como mi felicidad tiene
nombre y apellido quiero recordarles que el amor no es solamente uno de los
sentimientos más extraordinarios que podemos llegar a comprender, sino también
una forma estupenda de mantener en nuestra memoria a la persona amada.
Los que conocen el amor y lo han vivido o se encuentran en
proceso de vivirlo, seguramente sabrán la ingente cantidad de conversaciones
que tuvieron lugar en nuestros sueños antes de conquistar a la persona amada, esas
conversaciones que otras muchas personas aún no han conocido, pero que a raíz
de estas letras, seguramente puedan imaginar por unos instantes.
Pese a lo maravilloso que esconde el amor, como sentimiento,
emoción e incluso necesidad humana, existen algunas claves que según mi punto
de vista nunca debemos olvidar:
- El amor es un complemento y nunca una necesidad, porque cuando se convierte en una necesidad puede llegar a lastimarnos, generando dependencia emocional y ninguno de nosotros merece experimentar esa triste sensación de ser dependientes con respecto a una tercera persona.
- Debemos encontrarnos a nosotros mismos, conocernos y digo, conocernos de verdad, antes de dar el paso de poder ser felices al lado de otra persona. A menudo recibo una gran cantidad de consultas de personas que no destinaron tiempo suficiente a conocerse ellas mismas, y esto acaba ocasionando una gran cantidad de problemas de difícil solución para la convivencia diaria por ejemplo, en pareja.
En conclusión, no teman enamorarse, tampoco sufrir por amor
pero siempre, antes de dar ningún paso en falso, conózcanse a ustedes mismos y
por supuesto, nunca jueguen con los sentimientos de otra persona, sean siempre
100% sinceros con lo que sientan.