Felicidad no es igual a plenitud debido a que esta
primera es un estado mental, que alcanza el individuo cuando se muestra alegre
con sus circunstancias vitales.
Sucede este fenómeno, sentirse feliz, cuando cualesquiera de
nosotros nos encontramos en armonía con nosotros mismos y nuestro entorno. Ya
que, son muy variadas las circunstancias del ambiente exterior que pueden
llegar a afectarnos considerablemente.
Ambos términos presentan un objetivo idéntico. No obstante,
diferentes personas pueden no reaccionar del mismo modo a idénticas
situaciones.
¿Somos diferentes los unos respecto a los otros, no?
Felicidad no es igual a plenitud porque los seres
humanos tendemos a vivir en armonía, pero no siempre ésta es realmente
alcanzable. Imagina por un momento situaciones como las que se exponen a
continuación:
- Vives en un bloque de pisos y tienes la mala fortuna de tener unos vecinos enormemente ruidosos que no hacen otra cosa que salir de fiesta. Llegas cansado a casa después de un duro día de trabajo pero te encuentras con ruidos a deshoras que te impiden dormir.
- Pones todo tu empeño para que la relación de pareja en la que te encuentras sumergida llegue a buen puerto. Sin embargo, diferentes factores como los horarios que tenéis hacen que os veáis cada vez menos y la relación fracasa.
- Llegado un momento decides dar el paso de casarte con esa persona de la que estás enamorada, pero descubres que te está siendo infiel y todo tu mundo se desmorona por completo.
Sí, son situaciones que suceden con mucha frecuencia y que
interrumpen esa armonía que de manera cotidiana todos tenemos.
La solución es bien sencilla, seguir adelante y no rendirse.
Conceptos parecidos pero no idénticos
1.- ¿Qué te hace sonreír cada día? ¿Familia, amigos,
trabajo, éxitos personales? Cualquiera de estos aspectos es verdad que influye
en tu estado de ánimo pero no por ello tienes por qué alcanzar la plenitud que
tanto buscaste. El mero hecho de estar felices no indica que lo tengamos todo,
simplemente que tenemos que seguir peleando por conquistar de forma más
permanente la posibilidad de ser felices.
2.- ¿Qué te apasiona? ¿Cocinar, salir al campo, pasear a tus
mascotas, tus hijos? Con frecuencia confundimos pasión con plenitud y consecuentemente,
alegría con esta última. No hay que mezclar conceptos, una pasión es aquello
que nos encanta, enamora y que tanto nos gusta hacer.
Claves para diferenciar los conceptos
Estar enamorado puede entender como vivir en plenitud. Sin
embargo, pueden faltar determinados aspectos: un trabajo fijo o mejor
remunerado, dejar de vivir de alquiler, independencia económica de nuestra
pareja, materializar sueños que teníamos de pequeños, colaborar con
organizaciones de índole social o benéficas, etc...Es decir, todo depende de la
vara de medir dónde la pongamos y lo que sea importante para nosotros.
Ten muy presente que solamente tú, decides cómo te sientes y
lo que es realmente importante para tu vida o no.
Sea como sea y hagas lo que hagas, asegúrate de que te aporte felicidad,
que al fin y al cabo, eso sí que es importante.