Hablemos de felicidad siendo esta un compromiso con
el pasado pero sobre todo con el futuro. Por enormemente dificultosa que
pudiera resultar la situación en la que te encontrases, siempre debes de intentar
mantener la sonrisa y preservar la alegría, como único mecanismo para
anteponerte a los momentos dolorosos que pudieras vivir.
Lo se, una frase muy bien escrita que cierto es, pero
igualmente bastante compleja de aplicar cuando atravesamos dificultades. No
obstante, el mensaje que nos define a todos y cada uno de nosotros ha de sonar
con claridad. Al fin y al cabo, ¿qué queremos? Fácil, ser felices.
La cuestión sería entonces, ¿sabemos cómo conquistar ese
estado de felicidad, personal o social, que perseguimos?
¿Crees que sí? Bajo mi experiencia y los años de este blog
puedo decirte sin tapujos que no, no lo sabemos. Además, lo poco que sabemos no
es así del todo, no es tal y como igual pensamos porque nuestra mente en
numerosas ocasiones nos engaña.
¿Cómo puede suceder que nuestros sentidos y mente nos
engañen?
Sucediendo. Y, por eso mismo te encuentras aquí leyendo
estas líneas que decidí llamar hablemos de felicidad.
Veamos, cuando nos aproximamos a la naturaleza del término e
intentamos con ilusión recuperarnos de los infortunios de la cotidianidad nos
percatamos de situaciones para las que con frecuencia, no estamos preparados:
- Rupturas amorosas que nos generan un sufrimiento que pareciese nunca terminar.
- Discusiones de pareja que no entendemos y deseamos terminen cuanto antes mejor.
- Problemas familiares de diversa índole que suceden cuando menos lo esperamos y nos provocan una sensación extraña: la tristeza.
- Momentos grises y en general, esos estados de ánimo en los que no somos nosotros mismos y recordamos como fuimos en tiempos pasados con anhelo.
Hablemos de felicidad puesto que no se trata de un
concepto que haya caído en desuso, sino más bien todo lo contrario, se
encuentra cada vez más vigente. Muy especialmente en estos tiempos en los que
cientos de personas a lo largo de todo el mundo, posiblemente millones, son tan
vulnerables a las garras de todo tipo de problemas como por ejemplo:
- Ansiedad.
- Miedo.
- Tristeza.
- Depresión.
- Inseguridades.
- Etc...
¿Te resultan familiares algunas de estas palabras?
A mi sí, pero no pasa nada. ¡Todo lo podemos superar si
ponemos de nuestro empeño!
¿Traen a tu memoria vivencias pasadas?
¿Y qué?
¡Podemos con todo si nos lo proponemos!
Si eres visitante asiduo de esta página sabrás que me gusta
hablar con la máxima cercanía posible y hoy quiero decirte que no estás solo.
Es más, te doy la bienvenida a lo que será un nuevo reto para mi: el programa hablemos
de felicidad.
Pero no nos adelantemos a los acontecimientos, ¡muy pronto
sabrás todo acerca de esta nueva propuesta!
De momento solamente te diré que, a partir de este preciso
instante, comienza una revolución para tu ser. Probablemente la tarea más
difícil a la que te enfrentarás en mucho tiempo y comienza por ti mismo,
conociéndote y dando respuesta a esas necesidades que todos tenemos.
Ahora dime, ¿te apuntas?
¡Seguro que sí!
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similares a las que se abordan en este en el que te encuentras.
Si cumples este requisito tan sencillo y quieres, puedes contactar conmigo mediante el formulario que figura al final de esta entrada.
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Como decía, si te interesa participar o quieres más información, no
dudes en ponerte en contacto con Francisco M.