Felicidad y egoísmo dos conceptos que a menudo
interfieren en nuestra vida cotidiana. Conscientemente o no, todos anhelamos
esa sensación tan auténtica de sentirnos plenamente felices en la máxima
expresión de dicha expresión innata a nuestro ser.
Tanto es así que la conquista de la felicidad ha pasado a
ser una asignatura de obligado cumplimiento para la vida de millones de
personas a lo largo de todo el mundo. Sin embargo, no se puede alcanzar aquel
objetivo teniendo una perspectiva sencillamente egoísta. Y eso, que conozco
muchas personas que cuentan con actitudes estrictamente egoístas, o si lo
prefieres gentes que miran hacia ellas mismas y les importa más bien poco por
no decir nada el resto de individuos.
- La felicidad reside en ayudar a los demás, compartir momentos, vivencias, emociones e ilusiones. Luego no puede ser comprendida bajo la panorámica del egoísmo porque éste nos aleja un poco más de su consecución.
No confundamos términos, felicidad no es egoísmo
Desde que nacemos somos libres y contamos con la capacidad
de decidir aquello que nos posibilita aproximarnos o no a diferentes circunstancias.
Teniendo muy en cuenta que existen diversos tipos dentro de la misma:
- Individual.
- Social.
No obstante, durante el caminar por la existencia hay numerosas ocasiones en las que:
- Nos encontramos desorientados.
- Estamos perdidos sin saber qué hacer ante diferentes punto de vista o situaciones dadas.
- Desconocemos los mecanismos gracias a los cuales podemos entre otras opciones, por ejemplo, abandonar diversas posturas que nos apartan de ser felices. Tal es el caso de a modo de ejemplo, esa tristeza que de manera profunda está arraigada en lo más profundo de nuestro corazón.
Es importante tener lo suficientemente claro que no debemos ser egoístas con el resto de personas que nos rodean. Siendo éste uno de los requisitos indispensables para gozar de una vida plena y feliz con nosotros mismos. Una tarea que aunque es ciertamente complicada en el mundo actual tan por momentos egoísta, individualista y a la par cruel, pero que no debería serlo para nosotros si anteponemos el bienestar común, de pareja, familiar, o cualesquiera de sus variantes al nuestro propio, a ese bienestar personal.
Felicidad y egoísmo, diferencias notables
Felicidad y egoísmo son expresiones que
irremediablemente han de separarse. Sí o sí, deben estar separadas porque no es
posible comprender qué es la felicidad sin entender adecuadamente que el
egoísmo no nos lleva hacia ella, sino que nos aleja aún más de la misma.
Recuerdo cuando era más joven como algunos de mis profesores me decían frases
del estilo de: "tienes que mirar por ti para llegar a ser el mejor" y
expresiones muy parecidas.
En mi opinión y si me lo permites, se trata de
planteamientos equivocados que nos acercan aún más hacia la infelicidad.
¿Por qué?
Pues bien, la respuesta es muy sencilla y también compleja
al mismo tiempo.
Verás, cuando nos esforzamos al máximo por conseguir lo
mejor de nosotros mismos, esa versión mejorada que todos tenemos en nuestro
interior, igualmente nos apartamos de por ejemplo, otras personas que nos
quieren.
Esto es así, por todo tipo de reacciones humanas como por
ejemplo: la envidia.
Si en lugar de ello, destinamos nuestros esfuerzos en ser
mejores pero sin perjudicar a otras personas: es decir sin ser egoístas; todo
sería mucho más sencillo porque generaríamos todo tipo de emociones positivas a
nuestro alrededor.
Felicidad y egoísmo, algunas recomendaciones
Seguidamente me gustaría compartir contigo algunas
recomendaciones acerca de felicidad y egoísmo, para que las puedas
aplicar a tu vida diaria sin mayores problemas.
- No te esfuerces por ser el mejor, disfruta de la compañía de tus seres queridos y de en general, todas aquellas personas que te acercan un poco más hacia esa felicidad que mereces.
- Mira más por aquellas personas con las que a diario entablas conversación y abandona de una vez por todas el individualismo. Cuando muchas personas reman hacia una misma dirección, los resultados pueden llegar a ser increíbles.
- Haz el bien, comparte y destina parte de tu tiempo a quienes te necesitan. No olvides que no eres el único que puedas llegar a tener preocupaciones, aprende a escuchar y siempre hazlo con el corazón hacia aquel a quien escuchas.
- Aprende a vivir sin centrarte en ti mismo, no eres el más importante y existen muchas personas que pueden aportarte momentos extraordinarios.
- Presta atención, no seas interesado y se agradable con tu entorno. No solamente porque la vida te lo agradecerá, sino porque la persona feliz es en general atenta, no interesada y simpática con los demás.
Como ves, se trata de unas sencillas sugerencias que dotarán
a tu vida de calidad y emociones inolvidables.
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