Felicidad sin fecha de caducidad. Personalmente, no comparto esta afirmación aunque conozco mucha gente que la considera como verdadera. En mi opinión, la felicidad no tiene fecha de caducidad, porque nace de nuestra actitud y se manifiesta por los distintos comportamientos cotidianos que tenemos. No obstante, no es mi objetivo convencerte ni nada así.
En primer lugar, me gustaría invitarte a realizar un ejercicio de reflexión tratando de dar respuesta a una pregunta que según mi parecer es fundamental. No es otra que la siguiente pregunta ¿la felicidad tiene fecha de caducidad? Dicho esto, si me lo permites te expondré unas sencillas líneas para tratar de explicarte el por qué de mi planteamiento.
Según mi parecer la felicidad no tiene porque tener fecha de caducidad. Aunque también es cierto que se trata de un momento temporal que no es para siempre. Sin embargo, incluso teniendo en consideración esta premisa en el caso de la felicidad de nuestra vida, nunca nos abandona. Siempre nos acompaña, lo que pasa que no en todas las ocasiones somos realmente capaces de darnos cuenta de esta postura.
No es la primera ocasión en la que trato esta temática, ¿tiene fecha de caducidad la felicidad? En segundo lugar, te invitaría a echar un vistazo a este otro artículo que hace un tiempo escribí Nada es para siempre
a) Situación económica
b) Contar con la compañía de una pareja
c) Mostrarnos satisfechos con nuestra realidad diaria
d) Contar con una serie de proyectos futuros por los que luchar, para cumplirlos
Solamente son algunas diferentes situaciones que a lo largo de nuestra vida encontramos y que nos afectan, son lo que yo denomino como condicionantes de la felicidad de cada uno. De una u otra forma, nos influyen y repercuten tanto favorable como negativamente en las distintas decisiones que tomamos. Fuera como fuese para mi, la felicidad es cierto que es temporal pero también no es menos cierto que contamos con la suficiente capacidad de esforzarnos por retenerla lo máximo posible en nuestra vida. De forma que podamos disfrutar de todo tipo de vivencias, sensaciones y emociones positivas. Ya que, cuando lo hacemos se abre ante nuestros ojos una perspectiva de vida dominada por la alegría, que aleja de nuestra vida los momentos tristes.